La cultura de datos - y en general cualquier cultura - es un tema de mentalidad de las personas, así que estas son un factor multiplicador. ¿Qué ocurre, entonces, realmente?

Una cultura de datos implica poner los datos en movimiento, cambiar maneras de trabajar, democratizar la información, tomar mejores decisiones, y cambiar los modelos de trabajo y colaboración.

Bien, en muchas compañías el equipo humano no se ve capacitado para trabajar con datos; o, mejor dicho, para trabajar en datos. Es decir, trabajamos con datos desde siempre pero ahora debemos trabajar pensando en datos. Como veis, la cultura es clave para poner en marcha cualquier estrategia de datos.

La cultura es clave para poner en marcha una estrategia de datos.

¿Cómo podemos conseguir que las personas de nuestra compañía se sientan capacitadas en datos? 

Confianza, tecnología y procesos.

Podemos aumentar la confianza promoviendo la información y facilitando el acceso a la formación en datos. Disponer de la tecnología adecuada es clave para gestionar los datos, y si se disponen de recursos limitados, podemos crear soluciones que no dependan de una tecnología costosa. Y, por último, es importante tener procesos eficientes para que todo fluya a la hora de gestionar los datos. 

Para promover y consolidar la cultura del «Dato», es necesario seguir lo que podríamos llamar “el ciclo vital” de la cultura del «Dato»: los datos, la tecnología, la analítica, las personas y cierra el círculo la propia cultura.